La antipoesía es un tipo de poesía rupturista, creada y principalmente desarrollada por el escritor chileno, Nicanor Parra. Con ésta creó una nueva forma de hacer poesía, que se opuso a la imperante en su país a mediados del siglo XX, encabezada fundamentalmente por Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Pablo de Rokha.
Nicanor Segundo Parra Sandoval (San Fabián de Alico, Región del Biobío, 5 de septiembre de 1914) es unpoeta, matemático y físico chileno cuya obra ha tenido una profunda influencia en la literatura hispanoamericana.
Considerado el creador de la antipoesía, es para muchos críticos y autores connotados, tales como Harold Bloom,Niall Binns o Roberto Bolaño, el mejor o uno de los mejores poetas de Occidente.3 7 8 El mayor de la Familia Parra—cantera de connotados artistas y músicos de la cultura chilena— ha recibido el Premio Nacional de Literatura(1969) y el Premio Miguel de Cervantes (2011), entre otras distinciones.
Tiene seis hijos, entre ellos Catalina, Colombina y Juan de Dios. La primera es artista visual,9 mientras que Colombina y Juan de Dios, conocido en los círculos artísticos como Barraco Parra,10 son músicos.
Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas, incluyendo el inglés, francés, sueco, ruso, checo, finlandés yportugués.11 Entre sus traductores anglohablantes figuran reconocidos escritores estadounidenses, tales comoAllen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, William Carlos Williams, Thomas Merton, Denise Levertov y W.S. Merwin, entre otros
"El que sea valiente que siga a Parra. Sólo los jóvenes son valientes, sólo los jóvenes tienen el espíritu puro entre los puros. Pero Parra no escribe una poesía juvenil. Parra no escribe sobre la pureza (…) Parra escribe como si al día siguiente fuera a ser electrocutado".
Así describió el fallecido escritor chileno Roberto Bolaño a su compatriota Nicanor Parra, quien este viernes cumple cien años y está siendo homenajeado con exposiciones, charlas, artículos y documentales.
Irreverente, controvertido y eterno candidato al Nobel, Parra es uno de los poetas más influyentes de la literatura hispanoamericana contemporánea. Y más originales.
Así describió el fallecido escritor chileno Roberto Bolaño A nICANOR pARRA
Génesis del antipoema
El primer texto conocido de Nicanor Parra es "Gato en el camino", un cuento publicado en 1935 en una revista del INBA, donde trabajaba de inspector a cambio de comida y techo, mientras estudiaba en la universidad.
Dos años después apareció su primer poemario, Cancionero sin nombre, del que más tarde renegaría, hasta el punto de no incluirlo en su Obra gruesa por considerarlo "un pecado de juventud", demasiado influido por Federico García Lorca.
Poco antes se había publicado en Santiago la controvertida Antología de poesía chilena nueva, de Volodia Teitelboim y Eduardo Anguita, que marcaría profundamente a Parra.
El libro incluía (junto a poetas ahora menos conocidos fuera de Chile, como Rosamel del Valle, Humberto Díaz y los propios autores de la selección) a tres de los llamados "cuatro grandes" de la poesía chilena del siglo XX – Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Pablo de Rokha – y excluía a la cuarta, Gabriela Mistral, "una injusticia", según le dijera a BBC Mundo en 2004 el propio Teitelboim.
"Me sentí terriblemente impresionado por esta obra y pensé que yo podía hacer algo parecido; pero a los pocos pasos me pregunté acerca de la necesidad y la función de un trabajo de esta naturaleza. Y no pude contestar esta pregunta de inmediato", le dijo Parra a Mario Benedetti, en 1969, cuando el escritor uruguayo le inquiriera sobre cómo llegó a concebir el 'antipoema'.
Según Parra, poco a poco llegó a la conclusión de que "la poesía, tal como se la practicaba, en cierta forma divergía de lo que podemos llamar la noción de vida. Partía solamente de ella, pero no volvía".
Fue así que decidió que había que inyectarle vida a la poesía chilena, creando una antítesis de ésta, la "antipoesía".
Sobre los "cuatro grandes", una observación de Bolaño en el catálogo de la exposición Artefactos Visuales de Parra, en Madrid, 2001: "Parra también es crítico literario. Una vez resumió en tres versos toda la historia de la poesía chilena. Son estos: 'Los cuatro grandes poetas de Chile / Son tres / Alfonso de Ercilla y Rubén Darío'".
Shakespeare y Kafka
Después de terminar sus estudios universitarios, Parra enseñó durante varios años matemáticas y física en Chillán.
"Considerad, muchachos, / este gabán de fraile mendicante: / soy profesor en un liceo obscuro, / he perdido la voz haciendo clases. (Después de todo o nada / hago cuarenta horas semanales). ¿Qué les dice mi cara abofeteada?, / ¡verdad que inspira lástima mirarme!", escribiría después en "Autorretrato".
En 1940 se casó por primera vez, con Ana Troncoso, con quien tuvo tres hijos. Luego tendría tres más, con otras dos mujeres.
En 1943 viajó a Estados Unidos a realizar estudios de posgrado en mecánica avanzada, en la Universidad de Brown, y al regresar a su país comenzó a enseñar en la Universidad de Chile.
En 1949, con una beca del Consejo Británico, llegó a Reino Unido con la intención de hacer un doctorado de cosmología en la Universidad de Oxford, que nunca terminó porque, en lugar de centrarse en las matemáticas, dedicó su tiempo a escribir poesía.
Mientras que en EE.UU. había profundizado sus lecturas de Walt Whitman, en Inglaterra se nutrió de la obra de John Donne, William Shakespeare, William Blake, T.S.Eliot, Ezra Pound y Franz Kafka, a quien consideraba su "maestro absoluto".
En 1954, poco después de su regreso de Europa, se publicó en la revista chilena Extremo Sur un conjunto de 20 poemas, que décadas más tarde Parra también excluiría de su Obra Gruesa, los "Ejercicios retóricos", notablemente influidos por Whitman.
También entonces apareció su segundo libro, Poemas y antipoemas, escrito en gran parte en Oxford, que termina con el que muchos consideran su mejor texto, "Soliloquio del individuo".
Aparentemente, Parra pensaba llamar al libro Oxford 1950, pero optó por Poemas y antipoemas luego de ver, en la vitrina de una librería de la ciudad inglesa, un ejemplar de Apoèmes, del escritor francés Henri Pichette, publicado poco antes.
Los 'antipoemas' se caracterizarían, entre otras cosas, por un enfoque narrativo, con frecuencia alrededor de un antihéroe, y un lenguaje primariamente coloquial, en el que se destacan el humor y la ironía.
"Hubo un tiempo en que yo no aceptaba en los antipoemas sino expresiones coloquiales", le dijo a Benedetti.
"El test que aplicaba a una expresión era si podía usar o no en una conversación real; después me tranquilicé un poco y acepté también como elementos vitales las propias creaciones humanas", agregó.
Artefactos visuales
Si entre el lorquiano Cancionero sin nombre y Poemas y antipoemas pasaron casi 20 años, a su segundo libro le siguieron varios más en relativamente rápida sucesión, entre ellos La cueca larga (1958), Versos de salón (1962), Manifiesto (1963), Canciones rusas (1967), Obra gruesa (1969), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo del Elqui (1977), Poesía política (1983) y Hojas de Parra (1985).
Parra también creó numerosas obras visuales, que comenzaron con su participación en el diario mural Quebrantahuesos, junto al poeta Enrique Linh y el cineasta Alejando Jodorowsky, entre otros, en 1952.
Dos décadas después, a partir de la publicación de Artefactos – una caja con tarjetas postales en las que aparecen dibujos, fotografías y textos que, según Parra, son restos de lenguaje resultantes de la desintegración de los 'antipoemas' – realizó trabajos visuales con frecuencia.
En 2006, una exposición llamada Obras Públicas, en el Centro Cultural Palacio de La Moneda de Santiago, reunió muchos de sus 'trabajos prácticos', junto a sus tablitas de Isla Negra y sus divertidas bandejitas de cartón en que se ríe de todo y de todos, desde sí mismo hasta el Papa.
En una de ellas dice: "El Nobel! El Nobel! Esto ya parece el cuento del lobo…", en referencia al elusivo premio para el que fue postulado en varias ocasiones y que nunca recibió.
En su país sí le dieron todos los galardones habidos y por haber, desde el Premio Municipal de Poesía de Santiago, en 1938 y 1955, hasta el Premio Nacional de Literatura, en 1969, y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, en 2012.
Fuera de Chile, le otorgaron, entre otros, el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en 1991, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2001, y el Cervantes, en 2011.
Pero tal vez su mayor reconocimiento fue el impacto que tuvo en otros escritores.
Lo que dijo de él el novelista argentino Ricargo Piglio en una entrevista lo ilustra muy bien:
"Todavía me acuerdo de la tarde en que compré Versos del salón, en la vieja librería Palumbo de la calle 6. Todavía veo el libro en la vidriera, la edición de Nascimiento. Me senté a leerlo en el bar Pérsico, frente al correo, y cuando me levanté era de noche y yo era otro".
fUENTE : BBC mUNDO. mANUEL tOLEDO.
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