El ilustrador y autor de Donde viven los monstruos(Where The Wild Things Are) y otras maravillosas obras de la literatura infantil, dijo adiós a sus monstruos.
Meses atrás, en la Radio Pública Nacional de EE.UU. Maurice Sendak, el reconocido ilustrador y autor de cuentos infantiles, declaró en una entrevista que era un octogenario que se sentía muy abatido por haber despedido a tantos amigos queridos, en especial a su compañero con quien había compartido más de cuatro décadas. "Mis amigos se han ido poco a poco y es muy duro ser el último", decía entre lágrimas.
Con muchas ganas de vivir, pero una enfermedad terminal acabó por llevarse a uno de los autores más famosos de literatura infantil de EE.UU. Nació en Brooklyn, Nueva York, de padres judío-polacos inmigrantes; el papá era sastre. Pasó su infancia aterrorizado por el hermano mayor, la pobreza y el constante miedo de que los nazis vinieran tarde o temprano por su familia y los fueran a ejecutar.
El día de su bar miztvah le avisaron a su padre a través de un telegrama que el resto de sus parientes habían sido ejecutados en un campo de concentración. Detestaba a sus familiares por haber arruinado ese día tan especial y porque siempre se interponían en su vida.
Tanto sus propios miedos como las caras de sus parientes entrometidos en el estrecho apartamento de Brooklyn, que siempre estaban de luto, los convirtió en personajes de sus cuentos como 'Donde viven los monstruos', que narra la historia de un niño al que castigan en su cuarto sin comer, se queda dormido y al despertar se encuentra en medio de criaturas horrendas que lo ayudan a sobrevivir una aventura en un mundo salvaje.
Al final termina bailando con estos seres horripilantes. Pero cuando por fin se despierta se da cuenta de que ha sido un sueño y la madre le ha dejado la cena en la puerta. Asimismo, el fantasma del Holocausto lo persiguió toda su vida y en 2003 produjo la ópera 'Brundibar', estrenada en Broadway, que está basada en la historia de unos coros de niños que cantaban en los campos de concentración para entretener a las autoridades alemanas cuando venían de visita.
En la entrevista a la Radio Pública Nacional confesó también que no tenía ninguna religión pero sí creía en el poder infinito de la música de Mozart, en las obras de Herman Melville y Emily Dickinson, y en la magia de Disney. Era un gran admirador de Durero y en una de las conversaciones escritas que tuve con Sendak en 1993 reconoció la influencia de los pintores alemanes y holandeses en su obra.
En 1964 recibió la Medalla Caldecott por el cuento 'Donde viven los monstruos', que es máxima distinción en EE.UU. por cuentos infantiles ilustrados. En la actualidad hay publicados más de 20 millones de ejemplares, y durante su carrera ilustró y escribió numerosos cuentos, entre ellos dibujó una serie de los hermanos Grimm y 'La cocina de noche'. En el 2011 publicó 'Bumble-Ardy', que narra la historia de un cerdito que celebra por primera vez su cumpleaños cuando cumple 9 años. Una vez más sus recuerdos y frustraciones de infancia las convirtió en material literario y visual.
No tuvo hijos, nunca idealizó la infancia, pero sí los monstruos bellos y sonrientes que lo perseguían en su imaginación.
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