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jueves, 28 de abril de 2016

Clasicos infantiles. Versiones y origenes

La zapatilla de cristal, la manzana envenenada o la caperuza roja, son elementos que todos recordamos junto a un final de ensueño, usualmente de la mano de un príncipe o un reencuentro familiar. Sin embargo, las distintas culturas y el paso de los años han dado a luz numerosas versiones menos difundidas, pero no por ello menos interesantes.
Nota Cuentos 1
Y vivieron felices para siempre es la conclusión que muchos guardamos con regocijo al final de cada cuento. Las versiones más difundidas de incontables cuentos infantiles suelen ser las más suavizadas, especialmente tras su paso por el cine que dotó de mayor candor y humildad a los personajes. Sin embargo, sus orígenes en la mayoría de los casos combinaron elementos más violentos y dramáticos, con un final que no siempre sacó cuentas alegres para todos.
Si bien Cenicienta efectivamente encontró a su príncipe tras abandonar una zapatilla, la mayor parte de sus versiones a lo largo de la historia fueron más cruentas que la dulce y rubia joven representada por Disney.  En el caso de los famosos hermanos Grimm, su relato incluyó explícitas escenas de mutilación que hoy en día pocos querrían relatarle al público infantil, similar al caso de la “Zezolla” italiana en la que vemos a la protagonista romper el cuello a su madrastra con la tapa de un baúl.
La historia de una joven humilde que sufre los malos tratos de parte de su familia, pero que finalmente logra conquistar al príncipe ha sido replicada en distintas culturas y así nos encontramos con la Cenicienta china Yeh-hsien, la egipcia Rhodophis o su versión hindú Hanchi, entre muchas otras.
Los zapatos de hierro
Otra de las populares princesas de la literatura infantil que posee homólogas figuras en distintos países es Blancanieves. La historia de una joven que es envenenada por una vanidosa y malvada madrastra ha sido difundida de diversas maneras, en algunos casos sustituyendo a personajes como los siete enanitos por una banda de ladrones.
Sin embargo, la historia que todos conocemos y asociamos a elementos icónicos – cómo una roja manzana o un espejo mágico – se desprende del relato de los hermanos Grimm adaptado por Disney en 1937 en forma de una cinta animada diseñada como entretención familiar.
Si bien los elementos básicos perduran en esta película, la versión literaria incorpora detalles poco difundidos, como es el caso del final del cuento donde la madrastra es condenada a calzar unos zapatos de hierro ardiendo con los cuales debe bailar hasta caer muerta.
Moralejas y lecciones
Otro de los relatos que más versiones ha inspirado a lo largo de los años es Caperucita Roja, cuya historia, transmitida de manera oral por Europa, fue recogida en 1697 por el escritor francés Charles Perrault como un cuento destinado especialmente a prevenir a las niñas del contacto con extraños.
Perrault suaviza algunas partes de la versión original que se divulgaba oralmente entre la gente para poner en papel una historia que aun así conserva un final duro. En este la protagonista es devorada y no hay presencia de cazador alguno que la rescate del  estómago del lobo.
La historia también mantiene una clara connotación sexual respecto a los peligros que enfrenta la Caperucita, lo que es reforzado en la moraleja final donde Perrault hace un llamado a las señoritas – especialmente a las más amables y bonitas – a  “no oír a cualquiera con complacencia”, advirtiendo los peligros de ser presa de algún lobo.
Sus icónicos diálogos y elementos han sido inspiración para innumerables versiones como la de los hermanos Grimm que incluyen el final alternativo con la intervención del cazador, la versión poética de Gabriela Mistral o el cuento en versos de Roal Dahl, además de ediciones ilustradas como las de Adolfo Serra,  Kveta Pacovska o Marjolaine Leray.
Ilustro  Elena Odriozola ( España)




ilustro Ofra Amit ( Israel )

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