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jueves, 28 de abril de 2016

POE, CUENTOS MACABROS

POEPOE


Cae la noche oscura, tétrica, aterradora: el ulular del búho le hace los coros al silbar del viento entre los árboles, dejando en el aire un escalofrío congelado... Una joven de cabellos rizados se acurruca bajo un sinnúmero de mantas que caen sobre su cuerpo como una losa sepulcral. Entre las manos, un libro de tapas negras y negras páginas, un libro poblado por turbadoras ilustraciones de enormes ojos cristalinos que parecen cobrar vida bajo la luz del candil... Imágenes hechas con pincel y palabras empiezan a rodear a la muchacha, empequeñeciéndola ante la lúgubre danza de personajes que se ponen en marcha con el paso de las hojas: lánguidas damas de palidez nívea y triste destino, gatos con un solo ojo, corazones delatores que enloquecen al más cuerdo, retratos de hermosura vívida y muerte acechante... Unas letras impresas en rojo sangre descubren al autor de estas pesadillas, el ilustre Edgar Allan Poe, al que la atemorizada chiquilla sólo conoce personalmente de refilón gracias a un inquietante poema sobre un cuervo charlatán. La inscripción también delata  al ilustrador de estos relatos, el joven Benjamin Lacombe, que imbuido de un espíritu  gótico y romántico interpreta con maestría la esencia de la obra del genial escritor estadounidense, perpetrando una exquisita edición de Cuentos Macabros que la asustadiza lectora antes mencionada se dispone a comentar...

Cuentos Macabros es la compilación de ocho relatos escritos por Edgar Allan Poe donde se aprecia perfectamente su dominio del género de terror y gracias a los que se comprende por qué es maestro y referente del mismo, pues maneja el horror psicológico con soltura y preciosismo. Despoja a sus narraciones de elementos accesorios, como consideraciones  morales o explicaciones "lógicas" de lo sobrenatural, dejando que sus historias naveguen libremente sobre las aguas de lo imaginario, lo onírico, lo siniestro, lo innombrable. Una ambientación perfectamente conseguida, basándose en paisajes tétricos, situaciones extraordinarias, personajes turbados y, en conjunto, una atmósfera opresora y cargada de enigmas, logra coger de la mano al incauto lector desde el principio y llevarlo al centro del escenario, haciéndole partícipe de la trama y convirtiéndolo en testigo mudo de unos hechos estremecedores que no buscan el susto fácil, sino la tensión anímica interior. Planean sobre estos cuentos temas como la muerte, la soledad, el tormento, la obsesión y  la tristeza, engastados entre sí de una manera única y primorosamente hilada, que logran conmover al lector por la belleza y precisión de una prosa sublime y angustiarlo ante una trama en la que acción, espacio y tiempo se conjuran en torno a espíritus oscuros, que van haciendo crecer poco a poco una inquietud soterrada ante la cual los más miedicas tendemos a encender las luces, mirar de reojo a todos los rincones y buscar compañía o entretenimiento para difuminar los temores que van  generando estas perturbadoras historias.


Los ocho cuentos aquí contenidos (BereniceEl gato negroLa isla del hadaEl corazón delatorLa caída de la casa Usher,  El retrato ovalMorella Ligeia) son por sí solos auténticas píldoras de calidad literaria, pero es inevitable hablar, en esta ocasión, de la magnífica edición que los contiene, digno marco a la altura de los textos de Poe. Benjamin Lacombe se ha encargado de interpretar mediante el dibujo estas narraciones de una manera apropiada, que comulga perfectamente con el espíritu de la obra. Páginas negras que se intercalan con otras blancas, amplios márgenes, esmerados dibujos que paralizan la acción, colores pálidos, grises y ocres, con algún retazo de bermellón,  otorgan a esta obra un sabor especial y un acabado de lujo que hará las delicias de cualquier bibliófilo. Además de los cuentos de Poe, el libro incluye notas biográficas del autor, del ilustrador, de Julio Cortázar, traductor de Poe al castellano y también un ensayo escrito por el poeta Charles Baudelaire, uno de los principales valedores de Poe en Europa, cuyo estudio crítico sobre el genio de Baltimore resulta extremadamente interesante para acercarnos a los motivos de su admiración por un escritor que murió sumido en la locura y la depresión pero cuya influencia se constata aún en nuestros días.


La experiencia de leer Cuentos Macabros ha sido inquietante... y plenamente satisfactoria. No me canso de repetir que soy una cobardica, que a mí el terror no me va, pero este tipo de narración, tan sutil y elegantemente sobrecogedora me ha conquistado. Tengo que decir, sin embargo, que no todos los relatos me han gustado por igual y algunos no me han transmitido las sensaciones que seguramente el autor pretendía: esto no significa que haya alguno malo, sino que no he logrado conectar de la misma forma con todas las tramas planteadas por Poe. Entre mis favoritos destaco sin dudar El gato negro, un inquietante cuento que conocía de oídas pero que impacta mucho más al leerlo en persona, El corazón delator, una tortuosa historia de rabia y locura y Morella, un escalofriante relato donde amor, misticismo, muerte y resurrección conforman una asombrosa trama que hace que aumenten las pulsaciones. En definitiva, tengo el deber de recomendarCuentos Macabros por ser una antología de relatos emocionante y maravillosamente escrita que creo que agradará por igual a los amantes de lo clásico, los entusiastas del terror y a cualquiera que guste de una buena dosis de alta literatura. Nota: 8´4/10.

"Precisas, fríamente, tranquilamente precisas, cayeron estas simples palabras en mi oído y de allí, como plomo derretido, rodaron silbando a mi cerebro. ¡Los años, los años pueden pasar, pero el recuerdo de aquel momento, nunca! No ignoraba yo las flores y la viña, pero el acónito y el ciprés me cubrieron con su sombra noche y día. Y perdí toda noción de tiempo y espacio, y las estrellas de mi sino se apagaron en el cielo, y desde entonces la tierra se entenebreció y sus figuras pasaron a mi lado como sombras fugitiva, y entre ellas solo veía una: Morella".
EPOEPOE

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