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miércoles, 1 de junio de 2016

Las Poetas BeatNikS. El rescate de las Mujeres prohibiDAS.

Hubo mujeres [en la generación beat], ellas estuvieron ahí, yo las traté.Sus familias las internaron en hospitales psiquiátricos, les aplicaron electrochoques. En la década de 1950 si eras hombre podías manifestarte como rebelde, pero si eras mujer tus mismos familiares te encerraban. Hubo muchos casos que yo conocí, sobre los cuales algún día se escribirá
Gregory Corsso
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Libertad, contracultura, revolución sexual, drogas, viaje espiritual, rebeldía…son algunas de las acepciones que nos vienen a la mente cuando hablamos de la generación Beat. Una generación que irrumpe en la cultura estadounidense de los años cincuenta para enfrentarse al sistema con una nueva sensibilidad poética y vital; son los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial en los que el consumismo voraz, la tiranía mass mediática y el capitalismo más sanguinario se asientan en una sociedad que va siendo cada vez más pasiva. Reconocemos los nombres de Jack Kerouac, William Borrougs, Allen Ginsberg o incluso Gregory Corso. Hemos leído sobre sus orgías, su irreverencia, sus viajes psicotrópicos, sus luchas sociales, su inconformismo…Pero apenas sabemos nada de ellas
El mundo aún no lograba restablecerse del todo de la segunda guerra mundial (que había terminado en 1945) cuando se inicia la Guerra fría. Poco después comenzaba la Guerra de Corea y se planeaba la Revolución cubana. El fenómeno del consumismo florecía, por un lado, mientras que los ideales de izquierda tomaban las armas y pretendían demostrarle al mundo que la repartición equitativa era mejor que la adquisición competitiva de riquezas.
Estados Unidos tenía una postura muy firme: consideraron al comunismo como un peligro para su plan de gobierno, para sus ideales de democracia liberal, y precisamente por ello, estuvieron fuertemente en contra de los “rojos” y persiguieron toda sospecha de conspiración.
Es en esa época y en ese país, ni más ni menos, que una generación de jóvenes, la mayoría poetas aunque también prosistas, decide rebelarse contra el tranquilo conformismo. Estos jóvenes no están de acuerdo con el status quo, son insolentes y letrados, libres y libertinos, contestatarios; así nace una fuerte corriente de ideas, arte y acciones que en la praxis fue llamada contracultura. Esos jóvenes constituyeron la generación beat.
Beat hip pueden traducierse como “golpe”; beaster hipster, como “golpeado”. El término beatnik (por su terminación nik) tiene un sentido despectivo, porque hace referencia a los sput-nik rusos, pero los beats lo aceptaron (con su cinismo característico) y terminó siendo una palabra tomada como favorable para los miembros de la generación. Otras acepciones de beat son; “abatido, derrotado, derrumbado, tumbado”; y Jack Kerouac le agregó la de “beatitud o santidad”.
Es difícil, a estas alturas, no haber oído hablar de ellos: Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burroughs, Neal Cassady, Gregory Corso, Lawrence Ferlinghetti, son sólo algunos de los nombres más sonados. El uso de drogas como rutas de acceso a estados místicos de la consciencia, el ejercicio de una sexulaidad libre, sin tapujos ni restricciones, y su rebeldía constante, ocasionó que fueran múltiples veces calumniados, rechazados, prejuiciados y estereotipados.
¿Hasta una mujer puede?
Son los cincuenta, el papel de la mujer en la sociedad está tratando de ser reconstruido en un icono de femineidad de ama de casa, de la madre cariñosa, de la esposa obediente, que todos los medios bombardean. Durante la segunda guerra mundial las mujeres habían tenido que “ponerse los pantalones”, así que en esta década se da una suerte de reivindicación de las obligaciones femeninas: nunca hacer enojar al marido, atenderlo, cuidar a los niños, mantener la casa pulcra, cocinar bien, entre muchas otras cosas. Es completamente mal visto, en esta época, que una mujer estudie una carrera o pretenda balancear el trabajo con los deberes del hogar.

Las mujeres no saben manejar, no pueden abrir una botella de catsup por sí solas, son incapaces de sobrevivir sin un hombre que las rescate de todos sus problemas, no entienden nada de política ni de deportes. La mujer estereotípica es la mujer con delantal de todos los comerciales, es Lucy (de I love Lucy).
Así, en un mundo donde no puedo subsistir sin un hombre, donde casarme y tener hijos es mi mayor meta en la vida, donde mi única utilidad es ser una buena esposa y ama de casa, ¿qué harán conmigo si escribo poesía, si busco estados místicos, si no creo en las instituciones como el matrimonio, si soy abiertamente lesbiana o bisexual, o si ejerzo una sexualidad libre, aun en la heterosexualidad?
¿En dónde están todas?
Como lo dice Gregory Corso, sí hubo mujeres beats. Y ser rebeldes les ocasionó terribles problemas sociales. Hubo más de una veintena de mujeres que escribieron y experimentaron tal como los demás beats, que convivieron y crearon lazos firmes de amistad con Ginsberg, Kerouac, etcétera. Que tuvieron romances con unos y con otros, que vivieron sus propias experiencias, que se posicionaron en el rechazo social en pos de vivir tal como querían y leer lo que les daba la gana, y escribir lo que nacía de su pecho y de su mente iluminada.
Mujeres que marcaron pauta, que crearon puentes para entender a la mujer como un ente mucho más ambicioso que la imagen gris de la obediente esposa. Mujeres como Mary Fabilli, Diane di Prima, Joyce Johnson, Hettie Jones, Joanne Kyger, Denise Levertov, Marge Piercy, Joanna McClure, Janine Pommy Vega, Anne Waldman, Ruth Weiss, Leonore Kandel, Brenda Frazer, Elise Cowen, Mary Norbert Korte, entre otras; mujeres de las que casi no se habla porque, como dice Simone de Beauvoir: “La representación del mundo, como el mundo mismo, es obra de los hombres; ellos lo describen desde su punto de vista, el cual confunden con verdad absoluta.”
No están totalmente olvidadas, la bibliografía de este trabajo es la prueba irrefutable de ello, pero no se les da el reconocimiento que merecen. Muy pocas veces se habla de ellas, tan pocas que hay quienes piensan que no hay mujeresbeatniks, o que sólo aquellas que fueron musas o esposas de un beatnik pueden entrar en la categoría. Algunas de ellas tuvieron alguna relación amorosa con alguien de su generación, es sólo lógico, pero su talento no dependía de ningún hombre.


Hettie Jones conserva hoy el buen humor y pasa por alto el clamoroso lapsus del periodista al entrevistarla: "No me llames en tu artículo Hottie -dice-, que define a alguien joven, bello y sexy (generalmente una chica). Yo no lo soy, aunque -se ríe- todavía no estoy nada mal para alguien que ha cumplido los ochenta años". La poeta hace una segunda advertencia. "Tampoco se te ocurra, por favor, utilizar la palabra beatnik, que fue inventada en los años 50 para hacernos parecer tontas y para asociarnos despectivamente con el sputnik ruso que acababa de ser lanzado al espacio".
Nacida en 1934 con el nombre de Hettie Cohen, fundó con LeRoi Jones la revista Yugen, donde publicaron de Kerouac, Ginsberg y Burroughs y la editorial Totem Press. Hoy es una poeta de gran prestigio, además de autora de obras para niños y adultos. Ayudó a la mujer de Bob Marley a escribir su biografía No woman no cry y explicó su experiencia en How I became Hettie Jones.
¿Cree que las mujeres del movimiento fueron relegadas?
Se ha de recordar cuál era la situación de las mujeres en los años 50. Después de la Segunda Guerra Mundial, las mujeres fueron enviadas a sus cocinas, a hacer niños y a cuidar la casa para los hombres que volvían del frente. Pocas mujeres trabajaban, apenas había mujeres profesionales, como abogadas o médicas, etcétera. De modo que las mujeres que estaban casadas o vinculadas a los beat eran tratadas "normalmente", es decir, que pocas de ellas eran tenidas en cuenta por su talento.
¿Qué otras mujeres poetas valora?
Primero me atrajeron las mujeres que yo conocía y que estaban escribiendo realmente bien entonces. Denise Levertov era mi autora preferida, Desde entonces ha habido muchas mujeres poetas que admiro: Lucille Clifton, Kay Ryan, Elizabeth Alexander (la poeta de la ceremonia inaugural del mandato de Barack Obama), Elizabeth Bishop, Maxine Kumin... Demasiadas para citarlas a todas.
¿Qué ideales de su juventud merecen la pena conservar hoy?
¡Ah, buena pregunta! En primer lugar, la independencia de las mujeres. Una vida de trabajo; es decir, respeto por el hecho de que las mujeres puedan pensar y usar sus mentes en cosas que vayan más allá de las tareas familiares. Muchos países europeos tienen servicios sociales para las familias que son de gran ayuda para las mujeres que tienen niños, así que los niños están cuidados y las mujeres pueden llegar a ser miembros productivos de la sociedad. Hoy sigue habiendo muchas diferencias respecto a las mujeres. Se espera de nosotras que contribuyamos a la cultura, pero estas expectativas no son siempre respaldadas y aún queda mucho por hacer. Como queda por hacer en la diferencia racial.
¿Qué fue el movimiento beat?
El movimiento beat fue sencillamente un grupo de escritores que empezaron a expresar su disgusto con la represión de los años 50 y la poesía que no era "de la gente", sino de las academias. Los poetas beat abrieron los ojos de la sociedad por medio de sus poemas. Hoy, como resultado de aquellos poetas, junto con otro número de poetas más inclusivo (raza y sexo), nosotros tenemos el spoken word, el hip hop, tenemos una idea mucho más abierta sobre la poesía y el arte. Yo creo que los beats empezaron un movimiento que aún sigue vivo. Todavía somos capaces de expresarnos a nosotros mismos en nuestro arte.
VIGENCIA "Los beats empezaron un movimiento que todavía sigue vivo"






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