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lunes, 14 de marzo de 2016

IlustradoreS Preciosos. Pablo AlaudeLL

Pablo Auladell (Alicante, 1972) es un consolidado ilustrador español que desarrolla su trabajo en el ámbito editorial. Ganador del Premio Nacional de Cómic Injuve en 2000 y del Segundo Premio a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles por el libro Peiter, Peter y Peer en 2005, cuenta ya con una larga bibliografía de más de treinta obras, entre libros ilustrados y tebeos. Recientemente ha publicado La leyenda del Santo Bebedor (Libros del Zorro Rojo) y La puerta de los pájaros (Impedimenta). Además, próximamente saldrá a la venta un cómic en el que ha estado trabajando más de cuatro años y que promete ser todo un descubrimiento, El Paraíso perdido. Esta semana, hemos hablado con él sobre éstos y otros proyectos.
Tina – Me gustaría comenzar hablando de tu formación y tus inicios en el ámbito del cómic y la ilustración. Eres licenciado en Filología Inglesa, pero desde 2000 has trabajado en esta profesión a raíz de haber ganado el Premio de Cómic Injuve. ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos profesionales?
Pablo Auladell – Sí, soy licenciado en Filología inglesa porque, como aquello que dijo Machado de “mi vida, algunos casos que recordar no quiero”, no tuve oportunidad de hacer lo que hubiera querido que era Bellas Artes y entonces me metí en una carrera literaria que era lo siguiente que me fascinaba. Creo que soy ilustrador porque siempre me ha interesado la palabra y el dibujo, y en la ilustración y en el cómic es donde puedo jugar con las dos cosas. Como dices, el asunto profesional empezó para mí con el Injuve, un concurso muy bien montado y que realmente era muy interesante para los que empezábamos en los años 90, cuando a ningún editor se le ocurriría editar nada de un novel. El concurso contaba con la colaboración de editores que publicaban la obra ganadora, entonces me fijé como objetivo primordial ganar ese concurso y lo conseguí. Publiqué mi primer cómic El camino del titiritero y entré en una especie de rueda en la que te van conociendo y los encargos T  Desde tus inicios ya has realizado más de treinta libros, tanto textos propios, como literatura contemporánea y textos clásicos. ¿Varía mucho tu forma de abordar cada encargo?
P – Sí que varía. Yo clasificaría mis trabajos entre los de encargo y los de la voluntad. Los de la voluntad son proyectos que nacen únicamente de mi voluntad de hacerlos, y esos suelen ser más de cómic, en ese caso sí que hago en ocasiones los guiones. Luego de ilustración, lo más normal es que sean encargos y hay desde libros muy interesantes hasta libros que forman parte de esas colecciones escolares que, aunque deben hacerse con profesionalidad, siempre eres consciente de que no van a ninguna parte, porque son libros de una producción barata, con un papel malo…Y la editorial no lo va a mover de ninguna manera. Los libros que son más potentes tienen una elaboración distinta porque hay incluso procedimientos técnicos más complicados. Paradójicamente, esos libros que te dan más trabajo están mucho menos remunerados que los, digamos, alimenticios. En cuanto al cómic y la ilustración, varía también la forma de enfocarlo en el sentido de que ambos utilizan palabra e imagen, pero el cómic tiene unas reglas propias que hay que asimilar. Voy tejiendo de los dos telares.
Lo que has dicho de más de treinta libros, me da pie a comentar que el ilustrador en España tiene una bibliografía descomunal, absurdamente hinchada. Una de las razones es por la mecánica de las editoriales con las distribuidoras y los adelantos, de manera que siempre tienen que estar produciendo libros como si fuera una fábrica de galletas, con lo cual se pierde el cariño editorial por un producto de calidad. Se producen muchísimos libros y no todos son buenos ni están bien editados, con un buen diseño, una buena tipografía, un buen papel… Por otra parte, está la falta de un contrato en exclusiva con una editorial como puede suceder por ejemplo en Alemania. Allí algunos ilustradores tienen este tipo de contratos y se dedican a hacer unos pocos libros muy buenos y la editorial le promociona y se esfuerza en que salga adelante. Aquí la sensación es que les da lo mismo con quien trabajan siempre y cuando les hagas los dibujitos que necesitan para el libro. Creo que en España falta cada vez más esa labor de editor, una labor que he encontrado en por ejemplo Libros del Zorro Rojo, con uno de mis últimos libros La leyenda del santo bebedor. Ahí sí que he encontrado ese trabajo que últimamente yo echaba tanto en falta. Alejandro García Schnetzer es un editor que recibe los dibujos, te los comenta, te envía la maqueta para verla juntos, el diseño está cuidadísimo…
T – Siempre que hago una entrevista me gusta finalizar pidiendo dos recomendaciones, una canción y un libro.
P – Yo solía trabajar con música pero últimamente trabajo en silencio, porque creo que la música es muy poderosa, te lleva siempre a su campo y he notado que se consigue una concentración mucho mayor sin ella. Lo que hago ahora es ponerme por ejemplo conferencias, escuchar a gente hablando de arte me ayuda a meterme en un clima de mucha mayor concentración. Pero en fin, te diría algo de Paolo Conte, como la canción Elegia o Sonno Elefante. En cuanto a libros, se me ocurre uno que he leído estos meses, de Feliz de Azúa, un ensayo titulado Autobiografía sin vida. Magnífico.




Ilustración de Le Rêve de Pablo. / El Sueño de Pablo. La Joie de Lire. Ginebra 2006 / Los cuatro azules. Madrid. 2007

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