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miércoles, 2 de marzo de 2016

PSICOANÁLSIS, DESVELADAS Y SIN-SENTIDO ALICIA –niña en psicoanálisis

 Aún me persigue Alicia como un espectro…
Nunca visto con los ojos despiertos…
¿Qué es la vida sino un sueño?
Lewis Carroll

Ya que al escribir se juega algo del deseo de uno(1)mismo, creo prudente comenzar plasmando la temática que gira en mi cabeza desde el comienzo de un estudio psicoanalítico, con el fin de comprender (si es que eso es posible), el desarrollo del siguiente ensayo; dos(2) son los temas en los cuales enfoco y puntualizo el siguiente análisis: la palabra a la letra del autor y el juego del deseo en el mismo, es así como he decidido barajear un par de obras con corte psicoanalítico que ajusten a la intencionalidad de mi escritura.
Demos un paso atrás, un cierto día, en cierta conversación con un psicoanalista, de esos que se formaron con el molde ya inexistente, de un psicoanálisis donde el absurdo y la ilógica era permitida desde la palabra y la escritura, mencionó algo sobre la letosfera1, así bien preguntándome sobre el significado del nombre Alicia, puntualizó que provenía de aquella verdad develada (¿A caso en nuestra vida no hemos  buscando aquello que nos dé razón del lugar de la verdad?) ; he de confesar que algo giró en mi inconsciente en esos momentos, ya que me remitía inmediatamente a la producción literaria de Lewis Carroll.
Regresemos de donde partimos, creí prudente sumar a dicho autor, al mazo literario para barajear y comenzar a elaborar un algo sobre la relación de dicha producción literaria y el psicoanálisis; así fue que me decidí a re-leer a Alicia en el país de las maravillas Alicia al otro lado del espejo, pero no antes colocar el pensamiento psicoanalítico a dicha lectura, que me permitiere tener una visión y escucha a partir de los tres (3) de Freud y de Lacan.
Ahora si me permito invitar a dar un paso adelante, Charles Lutwidge Dodgson, mejor conocido como Lewis Carroll (¿Qué hay ahí con el nombre del padre? ¿Tendrá alguna lógica gramática?), fue homenajeado por el propio Lacan en la revista Ornicar? donde menciona: De todo tipo de verdades, Lewis Carroll da en su obra la ilustración e incluso la prueba. Verdades que, aunque ciertas, no son evidentes. Allí se discierne que sin valerse de ninguna perturbación, puede producirse malestar, pero que de este malestar se desprende una alegría singular. De entrada hago hincapié en esto, para descartar la confusión que amenaza si adelanto que el psicoanálisis es el que mejor puede dar cuenta del efecto de esta obra2.
Es así como propongo rebanar y desglosar la obra literaria con algo del psicoanálisis, en la intencionalidad de que dichas producciones del inconsciente logren hacer anclaje en el lector sobre el trabajo en la clínica; mencionando desde este momento que en la re-leída de dichos cuentos el tiempo real se detenía y se aceleraba ya que me parece, las creaciones del inconsciente pasan por el régimen de la a-temporalidad; Ilustración y prueba,…, así sin emoción habré hablado de esta obra, y me parece acorde con el auténtico orden de su estremecimiento. Para un psicoanalista, esta obra es un lugar elegido para demostrar la verdadera naturaleza de la sublimación en la obra de arte. Recuperación de cierto objeto…3 demos entonces entrada a la primera indagación del cuento; si proponemos que la teoría psicoanalítica se puede pensar en un giro como un discurso sin palabras (el sin-sentido) cuando Alicia cae por la madriguera del conejo y comienza a observar como los relojes a su alrededor se detienen y comienzan a girar en un sentido contrario, a lo cual pone en su discurso el cuestionamiento sobre ¿Qué pasaría si los gatos comieran murciélagos en lugar de ratones? Aumento yo ¿Qué pasaría si en la clínica, las alucinaciones psicóticas  se comieran las palabras del paciente o las terapeuta en su caso? de en una de-construcción (análisis) en la lengua inglesa se observa un juego fonético entre  Cat-Bat-Rat; sin embargo, podemos juagar también con ello desde el castellano, preguntándonos sobre ¿Qué creatura es aquella que puede introducir a su boca todas las palabras? ¿Sería una que no está en falta? ¿Sería acaso aquella que se posiciona en el lugar discurso del Amo? Ya que murciélago contiene todas las vocales, con las cuales se producen todas las palabras: mUrcIÉlAgO; aquí se produce algo en división de lo fonético y lo gramático. Podríamos poner así un desmenuzo de página por página de dicha obra; sin embargo creo que eso será en otro momento y me centraré en aquello que se presta para bordear los límites del tema.
Cito de nuevo el homenaje de Lacan a Carroll en el cual dice: me parece como la correlación más eficaz para situar a Lewis Carroll: es la épica de la era científica. No es casual que Alicia aparezca al mismo tiempo que “El origen de las especies” de la que es, si puede decirse, la oposición4 es esto que propone Lacan un posible acercamiento de la creación de un héroe y la caída del mismo, apañado por la temporalidad científica, un eslabón perdido.
Volvamos a las formaciones del cuento, Alicia nos presenta aquello del discurso que es latente cuando se presenta la prohibición, es que cuando se le pide que se hable de todo menos de aquello que sea sobre muerte, gatos y perros, no es extraño desde el punto de la angustia en el silencio de la conversación, que la joven de lo único que hable con el ratón sea sobre como los gatos y los perros se comen a los roedores. En el capítulo V los consejos de una oruga, se hace todo menos consejería, ya que se pone en duda el discurso de Alicia, se le hace preguntarse por su propio nombre, a lo que ella responde ante la pregunta de ¿Quién eres tú? – no estoy muy segura de eso… porque yo no soy yo, ¿es entonces aquí que se produce un dispositivo analítico? Con las preguntas fastidiosas sobre el propio discurso de Alicia se crea una duda de sí misma, se le puntualiza sus lapsus como si la Oruga fuese aquel ; un poco más adelante se encuentra con el gato de Chester, que le induce a re-formular su discurso, ya que si ella hablaba sin pensar en las palabras que ocuparía, podría dar a entender algo de lo cual no quería; ella no quería hablar con la locura, o bien se puede decir, no tener un encuentro con la locura.
            Alicia se encuentra en una vereda, la cual la lleva de un lado a conocer a una liebre de marzo y a otro lado a un sombrero loco, de lo cual re-niega y dice que ella no quiere hablar con ningún loco, es así como el gato con una sonrisa extraña sin ser puesta en algún sentido de afecto, comenta –aquí todos estamos locos… si no, no estarías aquí. Después de ese encuentro desafortunado con su discurso y su locura, encontraría una escena en la que se pondría en juego la mutación de las oraciones, el juego de las palabras, el albur, lo no dicho y el chiste; es decir aquello de las formaciones del inconsciente, descubriendo a un personaje cuyas características son propias del sin-sentido, el sombrerero loco, quien le marca constantemente con una serie de juegos de palabras, la importancia que tiene la a-temporalidad, diciendo que - al tiempo no le gusta que lo marquen; prosiguiendo con una constante insistencia en el goce fálico, y puntualizando que (+) siempre será mejor que nada, ¿se podrá decir que cuando la falta es atravesada por la palabra desde lo Imaginario hacia lo Real se produce un plus de goce fálico? Y prosigue el cuento con un número considerable de producciones significantes, a las cuales Alicia de tiempo en tiempo va haciendo propias, permeando su escucha y su habla, creando en ella nuevas elaboraciones como el entendimiento que si existe el embellecimiento, por consiguiente existe el afeamiento (x  y) una lógica fuera de la igualdad y la semejanza. Al finalizar el primer cuento se encuentra frente a un juicio, donde una lagartija que pertenecía al jurado, escribía sobre la pizarra con su dedo, cabe mencionar que su trazo no lograba escritura, es decir no podía traspasar al orden más allá de lo imaginario; casi al concluir dicho juicio el conejo blanco, aquel que marcaba constantemente el tiempo, presento la última prueba condenatoria, la cual era una carta (letter/letra) la cual irónicamente no tenía destinatario y no tenía remitente es decir no había quien fuera dueño de esa letra, esta es impuesta a la sota que era juzgada por un crimen que no había cometido, y al leer el contenido de la carta, se resuelve una serie de inferencias y diferencias que dejan entre ver que existe un romance entre la sota y la reina de corazones, sin embargo el único que no puede seguir esta lectura es el rey, que en ese momento también era juez (se dice: no puedes ser juez y parte), en esos momentos Alicia comienza a crecer como si hubiese devorado algo de sí misma que ya no le permitía estar en ese país de las maravillas (ahora sabía que quería saber algo) de pronto como si fuese la única manera que obtuvo en ese momento Carroll escribe – despierta ya hermana mía, todo fue un sueño.
                       
Un sueño, es aquí donde se puede sostener la existencia del país de las maravillas, donde la verdad de-velada (Alicia) se ha podido quitar el velo de la educación conservadora, británica, científica, donde el saber no es más que aquel que se logra con la observación y la medición; un sueño donde la existencia se puede sostener desde un sin- sentido, donde los postulados aristotélicos y cartesianos son puestos en duda para poder dar un paso más.
Es por ello que propongo la apuesta de dar unas cuantas vueltas al ser y siendo, proponiendo un más allá del:
·         Pienso y luego existo (cogito ergo sum)
·         Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso (Je pense où je ne suis pas, donc je suis où je ne pense pas)
Para poder decir que:
·         Sueño* y luego existo (sogni* ergo sum) el sueño como segundo elemento en acto    
Para esta construcción anterior, anudo o más bien ornico (unir un extremo a otro para no perder la guía del anclaje) la escritura de la letra de Lacan que dice así: el sueño tiene la estructura de una frase, o más bien, si hemos de atenernos a su letra de un rébus5 [acertijos gráficos, que a partir del significante o significado de los elementos icónicos o simbólicos, debe de reconstruirse una frase] es decir de una escritura… Freud nos dice que está dado en la elaboración del sueño, es decir en su retórica. Elipsis y pleonasmos, hipérbaton o silepsis, regresión, repetición, aposición, tales son los desplazamientos sintácticos, metáfora, catacresis, antonomasia, alegoría y sinécdoque… estableciendo como regla que hay que buscar en el la expresión de un deseo6

Para finalizar por el momento la creación de este ensayo, me parece importante mencionar que aún falta por compartir algunos elementos sobre las construcciones de Lewis Carroll en sus obras Alicia en el país de las maravillas y Alicia al otro lado del espejo, pensando que en su momento se podrán desarrollar con amplitud desde la lógica matemática que utiliza en su construcción del país del otro lado del espejo, sus creaturas, monstruos y un lenguaje puesto en permanencia con una variable constante numérica y neologismos a puro estilo del que gozaba Lacan, permitiéndome aquí enfatizar sobre los distintos movimientos  de Alicia; haciendo una comparación con quienes llegan a ser internadas en un Psiquiátrico Infantil, niñas que juegan con su discurso, con la imagen del Otro, con su deseo; siendo el psicoanálisis, un lector puntual para estos cuentos.

Creo que aquí es cuando se escucha el bramatchisilbo…

Fuente : El blog de Daniel.


1 Lacan jugando con las esferas que rodean la tierra, que son nombradas por lo que se encuentra en ellas y por otro lado con la alétheia, va a proponer un neologismo, la aletosfera. Siguiendo con los juegos de palabras va a tomar el aoristo de alétheia para hablar de las letosas. Seminario 17: El reverso del psicoanálisis. Capítulo XI. Paidós
2 Lacan, J. "Hommage rendu à Lewis Carroll", en: Ornicar? Revue du Champ freudien,  n°50. Paris: Navarin, 2002, pág. 11
3 Lacan, J. "Hommage rendu à Lewis Carroll", op. cit., pág. 11.
 4 Lacan, J. "Hommage rendu à Lewis Carroll", op. cit., pág. 11.

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