Winfried Georg Maximilian Sebald (Wertach im Allgäu, Baviera, 18 de mayo de 1944 - 14 de diciembre de 2001,Norfolk, Reino Unido) fue un escritor y profesor alemán.
Sebald enseñó «Literatura Europea» y Escritura Creativa en la Universidad de East Anglia. Por su parte, su literatura se caracteriza por el carácter híbrido de sus obras, en las que medita sobre la historia, la tragedia humana, la memoria, la escritura y la vida interior, a través de hilos narrativos fuertemente impregnados de autobiografismo y acompañados de fotografías embebidas en el texto
Sin contar
Traducido por: M.ª Teresa Ruiz & Katja Wirth
Ilustrado por: Jan Peter Tripp
La magia de la deslumbrante obra de W. G. Sebald sigue revelándose con esta colaboración inesperada.
Traducido por: M.ª Teresa Ruiz & Katja Wirth
Ilustrado por: Jan Peter Tripp
La magia de la deslumbrante obra de W. G. Sebald sigue revelándose con esta colaboración inesperada.
Susan Sontag
Numerosos aspectos convierten a este título, editado con mimo por Nórdica Libros, en un objeto de lujo: la portada (que podría figurar en mi sección "Portadas exquisitas" si no fuese porque sólo alberga libros en otros idiomas), los vistazos mínimos de Sebald (¿quizá haikus?), los grabados de Peter Tripp, la disposición de unos y otros en la página, el poema de apertura de Hangs Magnus Enzensberger, el epílogo de Andrea Köhler, la traducción de María Teresa Ruiz Camacho y Katja Wirth y el diseño de Diego Moreno. Un objeto de coleccionista.
Es un libro, sobre todo, para mirar. Mirar hacia las miradas que retrata el pintor, que pueden ser sabias (William Burroughs), humildes (Morris, un perro), cansadas (Jorge Luis Borges) o rompedoras (Samuel Beckett). Puede leerse (y mirarse) como yo lo he hecho: alternando, primero y en el orden lógico, los 33 grabados con los 33 vistazos; segundo, leyendo los poemas de un tirón; tercero, dedicándose sólo a bucear en esas miradas de pintores, literatos, filósofos. En cada repaso uno advierte detalles que se le habían pasado por alto.
Los lectores de Sebald lo agradecerán mucho. Yo he leído algunos libros de Sebald, estupendos, profundos, inteligentes. Me gusta contar cómo ocurrió: corría diciembre y pedí los tres libros que había editado Debate en una de mis librerías de cabecera. Dos o tres días antes de recibirlos, Sebald murió en un accidente de coche. Quiere decirse que fui a encargar las obras de un autor vivo y recibí las obras de un autor muerto. Buscaba a un tipo desconocido y, cuando ya pude leerlo, su muerte le había granjeado celebridad. Incluso escribí un artículo para el periódico sobre aquel azar.
Sebald y Tripp quisieron colaborar juntos. Sebald enviaba sus vistazos poéticos y Tripp dibujaba. La pretensión del proyecto "era que texto e imagen no se explicaran ni se ilustraran el uno al otro, sino que entablaran un diálogo en el que cada uno tuviera su propia resonancia". Termino con un par de recomendaciones y dos de esos vistazos de Sebald. En cuanto a las primeras, lean este artículo de Vila-Matas colgado en un blog y entren en la web de Nórdica, donde les esperan las primeras páginas del libro en pdf y un vídeo que muestra la imagen y la palabra de Sebald y Tripp.
Fuente:thekankel.blogspot.com/
Fuente:thekankel.blogspot.com/
El papel de escribir
huele
como la viruta
en el ataúd
huele
como la viruta
en el ataúd
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Sin contar
queda la historia
de las caras
vueltas hacia otro lado
queda la historia
de las caras
vueltas hacia otro lado
Ante todo, como Werner Herzog, Sebald es un caminante. Esta forma “artesanal” de desplazarse en el espacio (aunque, claro está, a veces el avión o el barco son inevitables), lo diferencia de los viajeros literarios contemporáneos, que deben irse muy lejos en busca de lo exótico: Bruce Chatwin, Naipaul. Más bien, a la manera de Magris en Microcosmos, revisa territorios que pueden recorrerse en pocos días. El caminante Sebald encuentra, en la marcha, un ritmo, una indispensable lentitud y, sobre todo, una óptica apropiada para percibir las cosas y las personas como si no fueran extranjeras: de a poco, en silencio, tratando de que la llegada pase desapercibida.
Sebald era un maestro del discurso referido. Probablemente ésta sea la clave, desde la primera página de su primer libro, Vértigo. Allí sigue a Stendhal, enrolado en el ejército napoleónico, en la campaña de Italia: primera guerra y primeros amores. Luego, refiere algunas relaciones sentimentales que Stendhal incluye en De l’amour. En los párrafos finales, lo ve caer, víctima de una apoplejía, en una calle de París. El arco de una vida contada nuevamente, sin otras fuentes que las que da Stendhal mismo. Quien no lo haya leído se preguntará ¿cómo esto parece de una originalidad tan fuerte? Es la misma pregunta que me hago después de haberlo leído. Sebald o el arte de la paráfrasis.
El último capítulo de ese primer libro cuenta la visita de Sebald, por primera vez desde entonces, a la aldea alemana donde pasó su infancia. Llega, atravesando bosques y montañas durante todo un día, a un lugar que es, a la vez, conocido y desconocido. Como en un atlas histórico (pero de una historia autobiográfica y mínima) los lugares se recuperan superpuestos con otras edificaciones, con las reformas o los estragos materiales causados por la decadencia de sus ocupantes. Lo que se busca aparece desfasado, corrido, borroneado, corregido.
El último capítulo de ese primer libro cuenta la visita de Sebald, por primera vez desde entonces, a la aldea alemana donde pasó su infancia. Llega, atravesando bosques y montañas durante todo un día, a un lugar que es, a la vez, conocido y desconocido. Como en un atlas histórico (pero de una historia autobiográfica y mínima) los lugares se recuperan superpuestos con otras edificaciones, con las reformas o los estragos materiales causados por la decadencia de sus ocupantes. Lo que se busca aparece desfasado, corrido, borroneado, corregido.
Beatriz SarLo(Buenos Aires, 29 de marzo de 1942) es una periodista, escritora y ensayista argentina en el ámbito de la crítica literaria y cultural. Ganadora del Premio Konex de Platino,1 del Premio Pluma de Honor de la Academia Nacional de Periodismo de la Argentina2 3 y del Premio Internacional "Pedro Henríquez Ureña" 2015 otorgado por el Gobierno de la República Dominicana.
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